Suelos hay muchos: suelos ricos, muy fértiles y fáciles de laborar, y suelos pobres, no
aptos para la agricultura. Es una verdad que el conjunto de todos los suelos de
un país constituye la base de su economía, pues esa partir de ellos que se
sustentan las actividades generadoras de la existencia y bienestar del hombre;
de esto, no cabe duda.
Pero,
¿Qué es el suelo? El suelo puede considerarse como un organismo vivo que se
originó a partir de la desintegración de las rocas y el aporte de materia
orgánica por parte de plantas y animales. En un principio, en la tierra solo había
rocas. Luego éstas comenzaron a desintegrarse en partículas por la acción de las
lluvias, de las corrientes de agua que golpeaban sus duras superficies, por lo
cambios de temperatura que las fracturaban, por las raíces de las primeras
plantas que las resquebrajaban. Y las partículas de las rocas, junto con el
aporte orgánico de los vegetales, dieron comienzo al suelo, el cual se fue
conformando más y más hasta permitir lo que hoy nos es tan común: la vida
terrestre en toda su expresión.
Como
consecuencia, el suelo está compuesto de una parte mineral (partículas de
rocas); de otra orgánica (restos de hoja, excrementos, etc.) que se transforma
y descompone gracias a la presencia de organismos como las lombrices y microorganismo (hongos y bacterias); y de otras dos partes, el agua y el aire, esenciales para
que se pueda dar lo anterior.
Lo
que generalmente se conoce como humus, corresponde a la capa del suelo rica en
materia orgánica en descomposición. Partículas de humus, en combinación con partículas
minerales, dan como resultado lo que se llama un buen suelo, es decir, un suelo
con elementos nutritivos disponibles para las planta, un suelo capaz de absorber
agua y retenerla y liberarla cuando sea necesario.
El
suelo es, entonces, un cuerpo dinámico, evoluciona y cambia. Sin embargo, este
cambio puede darse de manera negativa cuando el hombre interviene el suelo sin
conocer las reglas ecológicas que lo rigen, con la consecuencia de su erosión,
de su degradación y perdida de fertilidad.
El
fenómeno de la erosión es un fenómeno natural
dado por la acción de las fuerzas del agua y del aire sobre las partículas del
suelo, pero el hombre puede acelerarlo. Cuando un suelo está desprotegido por
ausencia de cobertura vegetal, o su composición ha variado por el uso excesivo
y anti técnico de abonos químicos, para dar unos ejemplos, se hace vulnerable,
pierde su cohesión y queda a merced de las aguas lluvias y de los vientos que
lo arrastran. A este tipo de erosión, a la erosión causada por el hombre, se le
conoce como erosión acelerad que, a
diferencia de la erosión natural, adquiere rasgos marcadamente destructivos. La
erosión acelerada es, por lo tanto, el fenómeno que resulta de un impropia utilización
de los suelos como la quema, el monocultivo, sobre pastoreo, el uso antitéctico
de plaguicidas, de abonos y la deforestación.
¿Cómo
actúa el agua el suelo?
Distingamos
dos procesos: la erosión hídrica superficial que obra arrancando y
transportando las partículas superficiales del suelo, y los movimientos de remoción
en masa cuando el agua se infiltra en los suelos y los hacen perder estabilidad
causando, por ejemplo, un derrumbe.
En
la erosión hídrica superficial, podemos diferencial tres tipos:
Erosión
laminar: cuando el agua arrastra partículas de manera casi uniforme por la
superficie de un terreno.
Erosión
en surcos: se refiere al transporte de partículas a través de canales o surcos
que se forman en el terreno para el escurrimiento del agua.
Erosión
en cárcavas: corresponde al tipo de erosión más dramático causado por el agua. Al
producirse las lluvias el escurrimiento del agua se concentra en zanjas grandes
o cárcavas, y es señal que la destrucción del suelo ya se ha dado casi por
completo.
Y los
movimientos de remoción de masa se presentan por saturación de agua en los
suelos superficiales, lo cual los hace perder estabilidad. Si existe una
pendiente del terreno, el suelo puede venirse abajo causando un derrumbe, o deslizarse por un tiempo para
luego desprenderse, caso que se conoce deslizamiento.
¿Cómo
actúa el viento sobre el suelo?
En
regiones de climas extremos como en las áreas de semidesiertos, por ejemplo en
la Guajira, o en zonas muy erosionadas donde el suelo es muy vulnerable, la acción
del viento puede proporcionar el movimiento de las partículas del terreno y
contribuir a agravar su degradación. Esto se conoce como erosión Eólica o del
viento.
Podemos
afirmar que los suelos están en constante evolución y transformación y que
constituyen un recurso natural renovable. Como el recurso bosques, el suelo
puede regenerarse, pero en tiempos muy largos y aun costo muy elevado. De ahí
la importancia de conocer cuán peligrosa puede resultar la erosión, uno de los
problemas ambientales mas graves que se pueden dar en el territorio de un país.
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