La tierra es uno de los nueve planetas que giran
alrededor del sol, que es apenas una estrella del universo. Sin embargo, posee
una característica única comprobada hasta el momento: La vida.
Pero
este hecho, el de la vida, del cual el hombre forma parte, pasa normalmente
desapercibido. Si analizamos las dimensiones de la capa donde se desarrolla la
vida, la biosfera,
con respecto al globo terráqueo, vemos que es muy pequeña; y que decir si la
comparamos, por ejemplo, con el sistema solar.
Estudiemos
un poco la Biosfera, conozcamos sus unidades funcionales, los ecosistemas. Los ecosistemas
son sistemas conformados por una comunidad biológica “microrganismo, plantas y animales” integran de
modo dinámico a un medio físico, “suelo, agua, clima”.
Un árbol caído en descomposición, un bosque, un lago, ¿son ecosistemas? Claro que
si, son ecosistemas porque en ellos podemos encontrar una comunidad biológica y
un medio físico mas o menos homogéneos; es decir, la determinación de la
extensión de un ecosistema es ciertamente arbitraria. El hogar de los hombres
de un país, es un sistema que es o hace parte de un ecosistema, y la suma de
todos los ecosistemas del mundo constituye la biosfera que es, entonces, el
hogar de la humanidad.
Pero,
¿Qué compone el medio físico en un ecosistema? Lo componen los factores
llamados Biofísicos por su importancia
para la vida. Entre ellos se encuentran factores climáticos
como los rayos solares, temperatura, precipitación y los viento; los factores fisiográficos como altitud o altura sobre el nivel del mar, y
las pendientes de los terrenos; y los factores edáficos o del suelo, como estructura y su composición.
¿y
que componen la comunidad? Como ya vimos, la componen todos los seres vivos,
pero en un sentido dinámico, toda vez que estos se relacionen entre si
principalmente para la obtención de alimento y la disponibilidad de espacio. Por
ello se habla de lazos alimentarios y relaciones
espaciales que
existen entre los organismos de una comunidad dada.
Los
lazos alimentarios hacen relación a la dependencia que existe entre los seres productores alimento “plantas”,
los consumidores de ese alimento “herbívoros que son a su vez alimento de
carnívoros”, los detritívoros “como los cuervos” que se alimentan de consumidores muertos,
y los descomponedores de la
materia “bacterias y hongos” que la mineralizan para ponerla a disposición de
los productores e iniciar otro ciclo de la materia.
En
cuanto a las relaciones espaciales, cada ser vivo procura alimentarse, protegerse
y reproducirse; para ello se ve precisado a relacionarse con el medio físico y
con los otros seres vivos. Por esta razón, los organismos se ven necesitados de
ocupar un lugar o “hábitat” “una
cueva en el caso de un roedor como el conejo” y cumplir una función o “nicho ecológico”
(controlar el exceso de plantas y ser posibilidad de vida, de alimento de otros
animales, en el mismo caso del conejo).
Volvamos
sobre el ciclo de la materia; éste puede representar como una rueda en
movimiento. Pero, ¿Qué produce el movimiento de esa rueda?
¡la
energía!, la energía que todas las plantas o los productores de alimento
tomaron del sol y la convirtieron en energía química gracias al proceso de fotosíntesis,
y que empezó a fluir por todos los organismos a través de los lazos de alimentación
que existen entre ellos. Por eso se habla del flujo de energía en un
ecosistema. Pero a diferencia del ciclo de la materia, la energía fluye en un
solo sentido, pues va disminuyendo a medida que pasa de un organismo a otro;
los organismos, de hecho, la utilizan para la satisfacción de sus necesidades
de mantenimiento y reproducción.
Conozcamos
que todo lo que hemos visto en este objetivo es campo de análisis de la ECOLOGIA, ciencia que estudia los ecosistemas, es
decir, busca comprender las relaciones de los organismos entre si y con el
medio físico que los rodea.
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